For those who love Time is eternity
I Allí estaba ella, sola, tratando de descifrar los mapas del salitre en la pared del baño, la trama descolorida de las viejas cortinas y los días que faltaban para volver a casa. Allí estaba ella, con la cabeza llena de vapores de sándalo los ojos entreabiertos los párpados pesados de sombras más que azules, casi violetas, invitando a los pliegues de la noche a consumar las nupcias de la llama del espíritu y el humo de la música. Una almendra dorada que en medio de la oscuridad dejó manar de su centro una canción inolvidable de notas altísimas junto al tocador: It's a little bit funny This feeling inside…
II Aquella primera y última noche zarparon barcos de plata oscura, desfilaron los animales del mundo azorados delante de nuestros ojos y con la luna fría y el corazón caliente se hicieron muy pronto un humo de amor. "Suelta las amarras" -me dijo ella- "que vienen tiempos mejores para tu pobre corazón". Pero era necesario ir todavía más lejos… buscarle ese filo amable a la vida que pudiese ofrecer al fin un halo de bondad. Ella me llevó entonces de la mano al mar que palpita en el interior de una nuez hasta la casa de espejos de la infancia para dejarme de pie delante de mí mismo, y algo me murmuró dulcemente al oído que provocó en mí una epifanía: Today, you'll look into my eyes, I'm just not the same.