All I've got Is this sunny afternoon
Las dulces tardes del otoño se marchitan… ¿Qué podríamos decirle a los amigos que no supieran ya? ¿Que mi alma se ha trenzado con el mundo? Eso ya lo saben… lo han sabido siempre. ¿Y qué podría decirle a mis viejos padres? ¿Que el viento llega y se va y que es silencioso, a veces, y a veces ruge y es furioso, y que otras veces ni siquiera se le siente llegar? Eso lo saben también. ¿Y qué podría decir de mi vida al Creador, a los Dioses, a lo desconocido, al misterio de lo abstracto? ¿Que me sentí un rey destronado en la primavera? ¿Que me sentí un paria en el verano y un poco de oro en el otoño y que nada sé -todavía- del invierno? Yo soñaba, sin duda, con la gran obra, los amores locos, los poemas perfectos… Y lo que encontré en cambio estaba muy cerca de ser una mentira… Pero supe reírme delante del espejo cuando aún no cumplía los veinte años. Y que nadie diga -por favor- que esa fue la edad del eterno esplendor o que éstos fueron pensamientos de viejo.